diciembre 02, 2009

Conversión. Cap 7. Parte 8

Irme con él. Claro. Por supuesto.
Varias cosas pasaron por mi mente en ese momento; la primera: ¿no se le había pasado por la mente que quizás yo no quería?, la segunda: ¿tenía idea de lo difícil que iba a ser irme con él? Y muchas otras cosas que harían esta historia mucho más larga de lo que debe ser.
Lo pensé durante un minuto, al menos. Y mientras este transcurría la idea, de a poco, dejaba de parecer tan descabellada…eso no podía estar bien, no…
- ¿Qué harás en…a dónde vas?
- No te lo puedo decir, a menos que vengas conmigo.
- ¡No iré contigo si no sé a dónde rayos vas, Lucas! De eso puedes estar seguro.
Lucas dio media vuelta, como haciendo ademán de irse. Yo sabía que no iría a ninguna parte. Al menos, no hasta que yo le diera una respuesta.
No tenía para nada pensado rogarle para que se quedara. Me pregunté si no había más remedio.
Esperé unos cinco segundos mientras lo veía escalar la ventana.
Busqué a Santiago por toda la habitación pero no lo vi.
Se había ido a jugar, seguro.
- Lucas, espera-tuve que hacerlo. No tenía ninguna otra opción.
El se volvió hacia mí, luciendo terriblemente decepcionado o enojado, no lo supe distinguir bien. Quizás un poco de ambas.
Su mirada cuestionaba mi llamado.
- ¿podemos hablar de esto?-inquirí, realmente deseosa de que su respuesta fuera “si”- ¿o es que esperabas que respondiera “si”, sin más, y empezara a arreglar mis maletas? No. Las cosas no funcionan así. Necesito estar informada. Yo no sé si me quieres secuestrar, si me estás mintiendo, si… últimamente, no sé nada de ti.
- Últimamente sabes mucho más de lo que nunca has sabido, Alexa. Últimamente, mi vida es un libro abierto para ti, pero ya tú no lo eres para mí.
Entorné los ojos ante eso. El pobre estaba dolido porque ya no puede saber lo que pienso, pues que dolor.
Lucas me fulminó con la mirada.
- Si lo dices porque ya no puedes saber lo que estoy pensando…
- ¡no!-exclamó, frustrado-. ¡no es eso! Es… ¡mírate! Es como si… si un día fueras una y al siguiente otra…ya no sé quién eres. Un día eres mi amiga y al otro, todo lo contrario. Decídete, Alexa.
- ¿Por qué no puedes aceptarme como soy, Lucas?-dije, en un susurro-. ¿Por qué se te hace tan difícil? No lo entiendo…
- Porque no tengo nada que aceptar. Ni siquiera tú sabes quién eres. Yo… te extraño, ¿sabes?
- Estoy aquí, Lucas.
El sacudió la cabeza, negando. Pero más que todo, como si intentara sacar algo de ella. Un recuerdo, quizás. Un recuerdo mío…nuestro…
Me miró con ojos tristes, nostálgicos.
- Yo… yo te amaba, Alexa…

- Todo lo que eras, todo…
- Teníamos nueve años-lo corté-. Uno no puede amar a alguien cuando tiene nueve años.
Lucas rió.
- Te falta mucho por aprender…
- ¡Tú no puedes amarme! ¡Tú…!
- No te amo, Alexa. No.
El universo de pronto se enfrió.
- Pero acabas de decir…
- Que te amaba. Antes. Lo que eras…no lo que eres.
De pronto, las ganas de hablar se desvanecieron. No entendí porque, solo quería estar sola durante un rato. Solo eso.
- Y te extraño. La extraño a ella.
- Éramos mejores amigos, Lucas.
- Tú y yo siempre fuimos más que “mejores amigos”.
- Quizás, en tu mundo, porque yo jamás…
Lucas sonrió. No sé de dónde sacó las fuerzas, pero lo hizo.
- No me refería a eso.
Lucas, para confundirme, había nacido.
Lo miré, esperando una explicación razonable, que no creo que exista, pero hay que darle la oportunidad.
Lucas volvió a sonreír.
- Tú y yo siempre… siempre fuimos más, ¿entiendes? No creo que dos personas sean tan perfectas para todo, como tú y yo. Es… lo que a mí me faltaba, tú lo tenías…lo que te faltaba a ti, lo tenía yo… de alguna forma, siempre hemos estado unidos…
- Incluso antes de nacer.
- Incluso antes de nacer. Espero que entiendas eso de la manera correcta. No me refiero a nosotros como…pareja, no. Juntos, somos algo más. Algo que aún no he logrado entender.

Mi regreso.

Hola!
Pues, primero, quisiera saludar a todas esas personas que me estaban esperando.
Les explico, mi computadora estaba dañada, no podía escribir y pues, intenté no abandonar el blog, pero resultó inevitable`, pues, no teniendo nada que publicar, entonces, no tenía nada que hacer aquí.
En todo caso, mi computadora ya está mejor, ya sanó y puedo escribir de nuevo.
He estado trabajando en nuevos proyectos, pero los tengo en cuadernos y me tomará un tiempo transcribirlos. Sin embargo, les anuncio que la novela sigue y que hoy mismo les subo capítulo.
Que Dios derrame bendiciones sobre todos ustedes.
Se les ama.
Bye.

- Majo.