julio 09, 2009

Conversión. Cap. 4 (parte 2)

Me dolía que me lo dijera. No por sus palabras. Si las palabras realmente lograran un efecto en mí, estuviera llena de heridas, mi corazón estaría hecho pedazos y yo derrumbada en una cama llorando. Pero aprendí a no dejar que eso sucediera. No. Me dolía porque cada palabra que salía de su boca era cierta. Pero ya era demasiado tarde.
¿Por qué no apareciste antes, Lucas? ¿Por qué dejaste que esa niña desapareciera? Era tu mejor amiga, debías cuidarme. Debías permitirme cambiar, pero no ser otra.
Si no te gusta, no me importa, porque no estabas ahí para evitarlo.
No le dije nada de eso. No podía. No podía hacerlo, porque las palabras en mis pensamientos me dolían, aún cuando eran mías.
Pero yo tenía razón. Lucas jamás había estado allí.
No tenía derecho a opinar sobre mí. No tenía derecho a opinar sobre mis cambios.
Debía irme. No verlo jamás.
Pensé por un momento en mi vida con Lucas. No vi nada. No con ese Lucas. O…quizás no con esa yo.
La amistad que una vez tuvimos se había quedado en el tiempo. Deseé ser una niña de nuevo. Deseé volver a ese día en que lo conocí. Deseé volver a encontrar a Ricky…¡Ricky!
- Lo Santiago tiene en las manos…-comencé. Lucas asintió-. No puedo creerlo…es…¿Cuánto ha pasado?
- Seis años.
- No puedo creer que siga con vida. Ricky…recuerdo que lloré cuando mamá dijo que no. Y sigue pensando igual. No hace mucho hizo llorar a Santiago, también-Lucas sonrió. Tenía una linda sonrisa.
Suspiramos al mismo tiempo. Aquellos días.
- Sé que sigue ahí-dijo.
- Yo también. Pero es demasiado tarde, Lucas.
No sé cómo, ni por qué, pero de pronto me abrazó.
- De verdad, espero que no-susurró en mi oído. No pude evitar estremecerme.
Me apartó de sí con cuidado, para besar mi frente.
- Desearía que fueras de nuevo mi mejor amiga-dijo, casi inaudible. Supe que era solo para mí.
- Yo también-dije, intentando contener las lágrimas. Aparté la mirada de su rostro.
- Hey…-dijo, sabía lo que pasaba. Me conocía. Todavía me conocía.
Aparté su mano.
- No lo lleves muy tarde a casa, ¿está bien?-dije.
Entonces, salí de ahí.
No podía creer lo que estaba pasando. Lucas volvía a estar en mi vida. Lucas había regresado.

Esa noche, no muy tarde, después de haber cerrado las cortinas, noté que no solo Lucas había regresado.
- Prometiste que volverías-lo acusé.
- Y aquí estoy-fue su respuesta.
Prometió que volvería, pero no dijo cuando.
- Sé que…tú lo ves todo…entonces…-aún tenía el llanto suprimido-, ¿Por qué?
- Porque lo necesitabas.
- No es verdad.
- He vuelto, ¿no es así?-sonrió. Su hermosura deslumbraba.
Sin embargo, no pude sonreír. Sabía que él lo quería. Pero no podía. Si sonreía, el llanto saldría a borbotones de mí.
- Si…pero…eso no tiene nada que ver con Lucas.
- El que Lucas esté aquí no tiene nada que ver con él, tiene que ver contigo. Un día te dije que habría una recompensa por todo esto.
- ¿Lucas es la recompensa?-inquirí.
- La recompensa aún no llega.
Me confundió por completo.
- A todos los demás los tratas desde allá arriba-le dije-. ¿Por qué te tomas la molestia de bajar, y dejarte ver, conmigo?
- Porque tú eres un caso especial. Y no es una molestia-sonrió-. Hace poco dijiste que querías una conversión. He venido para dártela.

2 comentarios:

  1. gracias por acerte seguidora!!!!
    me encanta tu imagen inicial!!!!
    es preciosa, y el texto es mu profundo!!!

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  2. tu blog es simplemente geniial! apennas lo empeze a leer ya kede enganchada con la historia... sigue escribiendo asi, eres muy buena! obvio q tnes una seguidora mas!
    Y spero lo mismo!
    Te veo x mi blog! besos♥

    alu♥

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